Con el paso de los años las mentalidades han ido cambiando, nuevos artistas han surgido imprimiendo su arte en paredes con pintura de aerosol, tal es el caso de Bansky, haciendo ver al graffiti ya no como vandalismo sino como arte urbano, razón por la cual algunas marcas han querido explotar el lado comercial del graffiti, pero ¿qué pasa cuando un grafitero no quiere que el graffiti sea comercial? Llega la hora de dar el salto.
Y llega Kidult, un parisino que se describe como un niño que pinta su realidad de forma cruda y despreocupada. Aspira a mantener la creatividad y honestidad de un niño para así poder exponer simple y eficientemente un mensaje no del todo definido. Eso es KIDULT. Quien decidió saltar y revelarse contra las marcas que usan al graffiti como medio de comunicación, gritando y escribiendo en las paredes de las tiendas una verdad que no siempre es admitida, el graffiti es libre y salvaje no es convencional ni comercial.
Todas estas tiendas han utilizado el graffiti como una imagen comercial, apoderándose de la cultura del graffiti sin ser parte de la misma con el único fin de hacer dinero.
Kidult, lo único que les dice es “hola”; si estas marcas en verdad aman el graffiti, él sólo les está dando lo que les gusta. Las tiendas que han sido blanco de Kidult son JC/DS quienes rápidamente postearon en Facebook que preferían tags con gises, después para beneficiarse de lo sucedido hicieron creer a las personas que todo estaba planeado.
Colette ni siquiera lo llamó graffiti, decidió llamarlo “cosa rosa horrible,” Agnès B pareció apreciar la intervención y posteó una foto con una nota de agradecimiento en Twitter y YSL fue un caos, quejas, seguridad enfrente de las tiendas todas las noches, etc.
Cuando algo está en contra de tus principios es el momento de salarlo, revelarte y expresarte en contra de lo que va con tus ideales, tal como lo hace Kidult.
Por: @yaz_yr
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